La indiscreción del jeque by Caitlin Crews

autor:Caitlin Crews
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2020-06-22T19:55:14+00:00

Capítulo 8

LA CEREMONIA de coronación fue sencilla y sin contratiempos. Mucho mejor de lo que nadie, incluido Malak, hubiese esperado tras su sorprendente ascensión al trono y el descubrimiento de la existencia de Miles.

Estaba seguro de que sus ministros habían esperado algo así como un reality show americano, pero Malak había optado por una ceremonia privada y discreta porque era importante que el segundo traspaso de poder en Khalia en los últimos meses fuese tan fluido que apenas mereciese publicidad. Aparte, por supuesto, de lo que dijesen los periódicos.

Además, tenía otros planes para grandes ceremonias públicas.

Una coronación era un ritual con siglos de tradición, pero de tipo más prosaico, la consolidación de la autoridad de un solo hombre. Menos mito, más poderío. Y Malak había planeado hasta el mínimo detalle porque quería que las imágenes quedasen grabadas en las mentes de su pueblo para siempre.

Él con aspecto regio, vestido con el tradicional atuendo del país, aceptando su sitio en el antiguo trono. Esa escena y el ritual nombramiento de su heredero inspirarían a su pueblo.

¿Porque quién podía resistirse al pequeño Miles mirando a su padre con idénticos ojos verdes?

Y todo fue como había previsto. Precisamente como Malak había planeado.

Excepto Shona.

Su aspecto trémulo cuando desapareció en el vestidor con Yadira no le había gustado. Él prefería a Shona desafiante y feroz, no sumisa, aunque no sabía por qué después de todo el esfuerzo que había hecho para acomodarla a sus exigencias.

Pero cuando apareció en el salón del trono, ataviada debidamente para la ocasión, Malak había olvidado lo que le gustaba o disgustaba de su estado emocional porque, después de todo, solo era un hombre.

Y ella era tan hermosa que apenas podía respirar.

Malak se había molestado mucho para encontrar el vestido adecuado, una mezcla de moderno estilo occidental y clasicismo oriental, para destacar la belleza de Shona ante el mundo entero, pero apropiadamente modesto, como su pueblo esperaría de la mujer que ya le había dado un hijo y pronto se sentaría a su lado en el trono.

Y había excedido sus propias expectativas.

Shona era preciosa, pero siempre intentaba esconderlo. Con su distancia, con su dureza. Con su negativa a ceder ni un solo centímetro. No era solo cómo iba vestida, sino cómo se movía, cómo miraba.

Como retando a cualquier hombre, incluso a él, a encontrarla hermosa cuando parecía dispuesta a ser siempre una espina en el costado.

Pero era como si el vestido hubiese puesto al descubierto una Shona a la que no había visto nunca, tan delicada como decidida. En lugar de esconder su asombrosa belleza, la destacaba.

–¿Estás satisfecho?

Llevaba el pelo como un precioso halo alrededor de la cara y un vestido de color verde oscuro que caía hasta el suelo y que conseguía a la vez esconder y destacar su figura.

En otro momento, esa pregunta hubiera sido un reto, pero no aquel día. Aquel día, Malak estaba seguro de que quería conocer su respuesta. ¿Se atrevía a pensar que buscaba su aprobación?

–Estoy completamente satisfecho –había respondido, con una voz más ronca de lo habitual.

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